2008-04-18

"El único camino posible es la experiencia antisistémica y rebelde"

Sábado 19 de Abril de 2008
Para el Ministerio Publico, Llaitul es un peligroso activista, el “jefe militar” de la CAM, según lo sindicó hace un par de años. Para sus “hermanos” de organización, un destacado dirigente y -tras el alejamiento de José Huenchunao- su principal ideólogo. De origen williche, este asistente social -egresado de la Universidad de Concepción a mediados de los 90’- se ha encargado de nutrir de elementos políticos y filosóficos los planteamientos de la CAM.

FUENTE DE INFO :AZKINTUWE

WALLMAPU / Desde el 21 de febrero de 2007, Hector Llaitul Carillanca (39 años) se encuentra encarcelado bajo acusaciones que no duda en calificar como un “montaje judicial y político”. Llaitul, dirigente de la Coordinadora Arauco-Malleco (CAM) se encuentra imputado de participar en el atentado incendiario que la noche del 25 de diciembre de 2006 redujo a escombros un campamento forestal en las cercanías de Chol Chol, IX región. El único testimonio en su contra es del comunero Roberto Painemil, quien ha denunciado que bajo tortura fue obligado a sindicar a Llaitul como el principal cabecilla del ataque. Ambos esperan por estos días la realización de un juicio oral donde arriesgan 10 años de cárcel.

Para el Ministerio Público, Llaitul es un peligroso activista, el “jefe militar” de la CAM, según lo sindicó hace un par de años el Ministerio del Interior. Para sus “hermanos” de organización, un destacado dirigente y -tras el alejamiento de José Huenchunao- su principal ideólogo. De origen williche, este asistente social -egresado de la Universidad de Concepción a mediados de los 90’- se ha encargado de nutrir de elementos políticos y filosóficos los planteamientos de la CAM. Ello desde la visión indianista, revolucionaria, antisistémica e internacionalista que reconoce admirar en el ‘Mallku’ Felipe Quispe, líder del Movimiento Indigena Pachakutik en Bolivia, y quien lo ha visitado en su lugar de reclusión.

El presente cuestionario fue entregado a Llaitul en la cárcel de Temuko. Tras meses de espera y atravesar muros, las palabras e ideas políticas de Llaitul llegan a las páginas de Azkintuwe.

- El gobierno regularmente habla de la desarticulación de la CAM. ¿En qué estado se encuentra hoy su organización?

Al menos en dos ocasiones, en el último tiempo, se ha hablado de la desarticulación de la CAM, lo cual ha sido informado a través de la prensa de derecha y oficialista con gestos de satisfacción y regocijo de parte de las autoridades de gobierno y sectores empresariales. A nosotros nos parece que se trata de declaraciones muy poco serias, en tanto, no son efectivas, ni reflejan la verdad, más bien tienen un carácter triunfalista y mediático que busca mostrar a la opinión publica que se trata sólo de un “grupo de delincuentes” que no son representativos del Pueblo Mapuche. Por nuestra parte decimos que esto no es efectivo, como tampoco lo es cierto de que estemos aislados y sin inserción en las comunidades. El sólo hecho, de parte del Gobierno, de afirmar tan categóricamente nuestra desarticulación, sólo con la detención de algunos dirigentes, es desconocer en absoluto el significado y el carácter que tiene y que va teniendo la lucha de nuestro Pueblo.

Nosotros hablamos de la existencia de un conflicto estructural entre el Estado y los mapuches, por lo que no se podrá resolver con asistencialismo y proyectos. Esto da pie a la existencia de una organización como la CAM. Al mismo tiempo la represión de las experiencias más confrontacionales van generando mayores contradicciones y aprendizajes para nuestro Pueblo. Como CAM y al calor de la lucha hemos ido aprendiendo a sortear los nuevos y distintos desafíos que nos va deparando este proceso. Podemos afirmar que aun mantenemos intactos nuestros principios, los cuales no transamos y reafirmamos nuestra línea política estratégica. Esto se expresa a nivel orgánico en importantes crecimientos cualitativos, como por ejemplo, algunas adecuaciones en la estructura y funcionamiento que nos permiten enfrentar de mejor forma la persecución política, la formación integral de nuestros militantes y la construcción de relaciones internacionalistas con otros pueblos y organizaciones en lucha, lo que nos permiten asegurar que continuamos vigentes y en funcionamiento.

- Vuestra estrategia centra las comunidades rurales como base de su accionar y el territorio como principal reivindicación. ¿Qué rol asignan a los sectores mapuches urbanos, hoy mayoritarios?
La importancia estratégica que tiene para nosotros la lucha de las comunidades y desde las comunidades, a partir de las recuperaciones de tierras y la resistencia frente a las inversiones capitalistas, tiene que ver con que el territorio es la reivindicación central de la CAM. No es posible la reconstrucción de la Nación Mapuche sin una base territorial, es decir, sin la recuperación del territorio histórico, el Wallmapuche. No se trata sólo de una definición antojadiza, sino de una definición a partir de nuestra condición de mapuche y de nuestra participación en la lucha. Desde nuestra perspectiva, los sectores urbanos deberían sumarse a este proceso de reconstrucción a través de un retorno a las comunidades. Lo contrario, sobre todo en el caso de los estudiantes y futuros profesionales, sería optar por ellos mismos en forma individualista y transformarse en definitiva en simples “indígenas integrados” o “chilenos pequeño burgueses” al servicio del sistema winka. Junto con lo anterior, queremos señalar que la CAM tampoco ha centrado sus esfuerzos en los espacios urbanos pues creemos que estos no son los mejores espacios para escuela de militantes de la causa mapuche.

Nos interesa de sobre manera la formación de nuestros militantes, los cuales pretendemos que mantengan las características propias del hombre y la mujer de comunidad, la disciplina, la humildad, la constancia, la paciencia, el sacrificio, el trabajo, el temple de aquellos que se levantan antes de que salga el sol, de los que caminan y viven austeramente. Lamentablemente la ciudad y en ellas también las instituciones de educación entregan a los jóvenes disvalores como el relajo, el consumismo, el individualismo, el protagonismo, la arrogancia y la soberbia, entre otras características que han deformado y por ende debilitado a gran parte de la militancia de izquierda chilena. Nuestros militantes urbanos comprenden muy bien que sólo están de paso por la ciudad y el mundo winka, y que su rol primordial es al lado de su pueblo, en las comunidades. Sólo ocasionalmente deben cumplir tareas de presión y denuncia en el ámbito urbano, en relación a la represión contra las comunidades y la libertad de los presos políticos. Sin embargo, su quehacer fundamental se desarrolla en las comunidades. Un ejemplo actual y concreto lo encarnó nuestro peñi Matías Catrileo, quien en muy poco tiempo alcanzó la categoría de Weichafe (guerrero). Matías creyó en la estrategia de la CAM y la asumió con consecuencia, con entrega y disciplina.

- Muchas veces vuestra estrategia es caracterizada como campesinista. ¿Como fundamentan su lucha mas allá de la demanda por restitución de territorios usurpados, una demanda que podria ser catalogada incluso como gremial y economicista?

Hay que dejar en claro que no hemos planteado la recuperación de tierras como una reivindicación de tipo campesinista, como lo fue por ejemplo la Reforma Agraria y las luchas que se dieron en dicho contexto, ni tampoco lo hemos planteado para la explotación de la tierra desde una óptica occidental. Nuestro objetivo es ejercer el control territorial con el objeto de potenciar el quehacer político y económico autónomo de nuestras comunidades, potenciar nuestras propias formas de organización y tomas de decisiones, para la recuperación del admapu, rakiduam y kimun. Aspiramos con esto a un salto cualitativo en la conciencia mapuche, no se trata sólo de ampliar los territorios, pretendemos ampliar la visión del ser mapuche, ampliar el concepto de “hábitat” en nuestras cabezas y disminuir con esto los niveles de dominación. Solo así podremos ejercitar la verdadera autonomía y avanzar hacia la Liberación Nacional Mapuche. Es el ejercicio de nuestra cultura la que otorga otra dimensión a nuestra lucha, no queremos recuperar tierras para la explotación de la misma, para después postular a proyectos de maquinaria agrícola o para plantar pinos, para ser ricos y transformarnos en capitalistas, se trata de la recuperación de nuestra Ñuke Mapu y la descolonización ideológica y espiritual, es decir, la independencia real de la Nación Mapuche. La propuesta de la CAM se sustenta sobre la base de una concepción ideológicamente mapuche. Por lo tanto, la cultura para nosotros es todo, de lo contrario no podríamos sostener lo demás.

- Si basan su accionar en las comunidades rurales, ¿qué modelo de sociedad mapuche aspira su organización?

De partida reafirmamos aquellos planteamientos que van en concordancia con nuestra línea estratégica, es decir, de la reconstrucción del Pueblo Nación Mapuche. Cuando hablamos de reconstrucción nos referimos a todos aquellos aspectos que dicen relación con nuestra condición de mapuche, desde una visión integral, en donde se anteponga el hecho de recuperar el ser mapuche, todo aquello que nos caracterizó como un pueblo particular. Nuestra idea central es rescatar la esencia mapuche del fondo de todo este sincretismo cultural del que aún somos parte. En este sentido hemos consensuado con muchos hermanos y hermanas acerca de la necesidad y del derecho que tenemos de aspirar a reconstruir una sociedad lo más cercana posible a la que construyeron nuestros antepasados, en base a la vida misma y a una cosmovisión que se expresa en los distintos estadios del Mundo Mapuche, una sociedad sana y justa, de hecho, absolutamente inversa a la sociedad capitalista actual. Para lo anterior, es necesario revitalizar nuestra propia conceptualización heredada de nuestros ancestros. Es decir, del sentido que tiene ser hombres de la tierra y de vivir en relación a ésta. A partir de ello surgen otros conceptos vitales como el introfil mongen y el wallmapu, el rakiduam y el kimun mapuche, pero todo esto sólo tiene sentido en un espacio territorial mapuche propio, razón por la cual son las comunidades la base de esta reconstrucción tanto territorial como espiritual.

- ¿Una sociedad mapuche basada en cierto tipo de religiosidad?...

- Defendemos nuestro legítimo derecho a vivir en coherencia con nuestro pensamiento y espiritualidad propia. Como organización hemos planteado que la reconstrucción de la Nación Mapuche implica la restitución de todos los elementos que nos son propios. Algunos aspectos serán recuperados a través de la confrontación con él y los estados opresores, en tanto que otros involucran una responsabilidad interna como mapuche, en forma personal y colectiva, nos referimos al proceso de descolonización ideológica del que tenemos que hacernos parte. Ambos aspectos, la recuperación del territorio y por ende nuestro derecho a la autodeterminación política, así como el fortalecimiento de la identidad mapuche se interrelacionan y retroalimentan. Nuestra propuesta de sociedad mapuche es justamente esa, una Sociedad Mapuche, por lo que no aceptamos modelos occidentales de sociedad sea esta capitalista o socialista. Aludiendo al Amauta Fausto Reinaga: “Las naciones originarias del Abya Yala fuimos capaces de construir sociedades justas, durante milenios, mucho antes de que Marx y Lenin hubiesen siquiera nacido”. La reconstrucción de la sociedad mapuche debe ser ratificada por nuestra cultura la que, por lo tanto, se presenta como una sociedad opuesta a la actual sociedad dominante, occidental-capitalista, judeo-cristiana. Un modelo de sociedad mapuche, evidentemente, y más que cualquier otra, entra en contradicción absoluta con el actual sistema económico y político. Lo anterior descarta que estemos proponiendo un modelo de sociedad socialista. En este sentido, afirmamos que no necesitamos suscribirnos a paradigmas externos ya que lo nuestro es la revitalización de nuestros propios paradigmas y la reconstrucción de una sociedad propia que en la práctica fue un hecho por miles de años.

- Sin embargo, en diversos documentos de su organización destacan los análisis marxistas. Ustedes se declaran incluso “revolucionarios” y "anticapitalistas". ¿Podría profundizar en estas definiciones?

No se trata de una opción por el marxismo como método de interpretación de la realidad, así a secas y sin un análisis de contexto. En ningún caso podríamos utilizar un método de análisis occidental para acercarnos a nuestra realidad profunda como pueblo ancestral. En primer lugar nosotros asumimos que a partir de dicha invasión y colonización, material e ideológica por parte de occidente, perdemos nuestra independencia y por lo tanto nuestro destino como pueblo queda en manos del mundo winka, es decir, pasamos a ser parte de su sistema. Por lo tanto es lógico utilizar un método occidental para obtener una correcta apreciación de la realidad en la cual estamos insertos como pueblo oprimido y colonizado. Como vemos, no se trata nuevamente de una opción antojadiza sino que hemos llegado a ella a través de simples preguntas: ¿Quién nos invadió?, ¿Por qué nos invadieron?, ¿Por qué Chile nos vuelve a invadir y despoja de nuestro territorio? ¿Quiénes son los que hoy día usurpan las pocas tierras que nos van quedando? En conclusión, podemos determinar que nuestro real invasor fue y sigue siendo el Sistema Económico Occidental Capitalista, que pese a una larga y dura resistencia es quien en definitiva determina la existencia de nuestro pueblo como nación oprimida. Es en este sentido que hemos utilizado al materialismo histórico como una herramienta más para nuestro análisis. Pero cuidado, jamás hemos dicho que este análisis nos sitúe como pueblo en una categoría que devenga de la lucha de clases, de partida porque no somos una clase social, ni obreros, ni campesinos, somos una nacion oprimida. En este sentido recogemos también los planteamientos de la ideología indianista de Fausto Reinaga, del Indigenismo Revolucionario de José Carlos Mariategui y de la praxis del Indianismo Revolucionario de nuestros hermanos Aymaras, fundamentalmente de Felipe Quispe, El Mallku, y de todas las luchas nacionalitarias indígenas del continente que han resurgido en los últimos años.

- El nacionalismo mapuche de la CAM, ¿dónde encuentra su fundamento?

Nos declaramos nacionalistas por el simple hecho de que reafirmamos nuestra condición de Pueblo Nación, más allá de la situación de opresión concreta que hoy nos afecta, lo que implica el rescate histórico de nuestro pasado como un pueblo independiente, con un desarrollo político, religioso, cultural y social, estructuradamente y concreto, es decir una Nación. La condición de Nación Mapuche, no es un artificio construido por nuestra parte, de hecho hemos confluido con varios sectores mapuche en ese sentido, pues implica la restitución histórica de nuestro pueblo. No por nada nuestros antepasados defendieron heroicamente y por tantos años su independencia como tal y se rigieron con una práctica política acorde a dicha condición. Consideramos también que nuestra condición de Nación Oprimida, a partir del hito histórico que significó la derrota político militar por parte de Chile, implica haber sido un pueblo invadido militarmente, al que se le usurpó su territorio y se le mantiene bajo dominio, lo que impide el ejercicio de todos sus derechos políticos y territoriales. Por último, queremos señalar que estamos concientes de que cuando utilizamos conceptos como “vanguardia”, “acumulación de fuerzas” o “revolución”, se trata de una conceptualización occidental. Pero enfatizamos que siempre hemos estado en un proceso permanente de búsqueda de definiciones ideológicas mapuche, que recojan de mejor manera nuestro pensamiento cosmovisionario, lo que en todo caso consideramos como parte de un proceso dinámico y, por ende, parte de nuestra reconstrucción como Pueblo Nación.

- En este marco de lucha nacionalitaria, que opinión les merece la participación política mapuche dentro de los marcos institucionales.

No nos parece procedente, sobre todo porque con esto se da legitimidad a la institucionalidad opresora y además se termina convertidos en entes funcionales al sistema. Políticamente tampoco es conveniente dada la realidad actual, pues estamos como Pueblo en evidente desventaja estratégica frente al poder político del Estado Chileno. Las organizaciones mapuche que siguen este camino, en resumidas cuentas, terminan siendo funcionales a las políticas integracionistas y de asimilación del estado. En este sentido, si bien es probable obtener ciertos logros relativos, lo más probable es que a la larga el único que se fortalezca sea el estado de dominación. Porque es obvio el poder dominante jamás entregará consececiones gratuitamente y menos aun permitirá un Wallmapu independiente y libre, menos dentro de un sistema capitalista cada vez más globalizado y dominado por el Imperialismo Norteamericano. Por lo tanto creemos que aquellos dirigentes que entran en este juego lo hacen muchos de ellos concientemente, es decir, a sabiendas que con ello no lograrán nada para su Pueblo pero si gozarán de estatus y de un buen pasar económico. Durante todos estos años se hace evidente que la participación mapuche dentro de la institucionalidad chilena lejos de permitir avances efectivos para nuestro Pueblo, ha generado desmovilización en muchas las comunidades y con ello han permitido el avance del empresariado. Caminos pavimentados para el ingreso de los camiones forestales, programas interculturales que aumentan la integración y la asimilación a la cultura dominante, son los grandes logros de estos dirigentes. Es por esto que reafirmamos que el único camino posible es la profundización de la experiencia antisistémica y rebelde.

- La CAM ha sido muy crítica del resto de las organizaciones del Pueblo Mapuche. ¿Mantienen hoy algun nivel de alianzas con otro sector mapuche, mas allá de ciertos grupos universitarios?

Efectivamente hemos sido y aun somos muy críticos de las organizaciones mapuche, sobre todo porque actúan en el marco de la institucionalidad opresora, validando con ello el sistema y la represión a nuestro pueblo, aunque digan lo contrario en el discurso. De hecho la CAM nace hace 10 años como una respuesta concreta frente al actuar de las organizaciones de aquel tiempo, cuyos planteamientos y quehacer no estaban a la altura de lo que nuestro pueblo requería, es decir, la defensa territorial y política frente a la arremetida de las inversiones capitalistas y con ello la pobreza extrema de muchas de nuestras comunidades. De esta forma la CAM surge como una nueva expresión en el escenario socio-político mapuche con una posición antisistémica y nacionalitaria. Hay que entender, claramente, que estas críticas se hacen en base a nuestras definiciones políticas e ideológicas, es decir, no las hacemos en forma antojadiza, las hacemos en forma seria y con altura de miras. Por lo demás los argumentos que anteponemos están dados por una práctica concreta y consecuente con nuestro discurso político. Es decir, las críticas no las hacemos desde una posición acomodada, al contrario las hacemos desde la lucha y el trabajo permanente, y por sobre todo soportando los costos de la persecución política que nuestras definiciones obligan.

Quienes nos acusan de sectarios y soberbios es porque en el fondo no han sido capaces de hacer definiciones concretas frente al Estado Chileno y el Sistema Capitalista, y oscilan de un lado para otro. Lo cierto es que la CAM ha desarrollado una propuesta concreta, tanto en el discurso, en la elaboración de documentos políticos, como en la práctica, es decir, confrontando al sistema y al estado opresor con una experiencia de construcción efectiva, real y esperanzadora para nuestro pueblo. Por lo anterior, no mantenemos en estos momentos relaciones políticas con otras organizaciones mapuche, exceptuando algunas organizaciones autónomas de Santiago. Sí mantenemos relaciones y trabajo con comunidades de diversos territorios y en los sectores urbanos con estudiantes de hogares, trabajadores mapuche y en menor medida con profesionales e intelectuales, conformando con ello importantes redes de apoyo y, sobre todo, un potente Movimiento Autónomo Mapuche, el que cumplió un rol fundamental durante la huelga del año recién pasado.

- La CAM ha sufrido divisiones internas y el alejamiento de dirigentes. Cómo observan esta situación.
Como se sabe, la CAM nace a mediados de los 90, hace ya diez años, agrupando a varias comunidades movilizadas. Posteriormente, con la intervención del Estado chileno, tanto en los planos políticos como económicos, a través, de la cooptación de dirigentes y organizaciones mapuche, represión de las comunidades y la criminalización de sus manifestaciones de resistencia, que se tradujo en el encarcelamiento y clandestinidad de muchos de nuestros pu kona, pu lonko y pu werken, se produjo la natural escisión y formación de dos posturas. Fue la hora de las definiciones, frente a la cual algunos no quisieron arriesgar y prefirieron cómodamente optar por la negociación con el gobierno y su involucración en la institucionalidad chilena. Sin embargo, aun en la CAM se mantienen los lonko más consecuentes y combativos, quienes le han dado calidad a la lucha de nuestro pueblo. El Control Territorial, ha sido un hecho, en algunas comunidades por cerca de una década, más allá de algunos quiebres en esta línea en algunos sectores.

- Uno de sus fundadores y figura emblemática hasta hace pocos años hoy se encuentra fuera de la CAM. Nos referimos al lonko Avelino Meñaco de la Comunidad Pascual Coña, actualmente encarcelado.- Lo primero que podemos señalar es que allí hubo una compra de parte de CONADI de gran parte de la Hacienda Lleu-Lleu, asignada a un sector de la Comunidad Pascual Coña que negoció turbiamente. Respecto de Avelino Meñaco, es en parte responsable de esta situación, como dirigente de dicha comunidad y figura pública (werken) del proceso de recuperación de dicho fundo. Nosotros, como CAM, hemos criticado abiertamente el desenlace que tuvo el proceso de recuperación de tierras. Debemos recordar que en la lucha por el Fundo Lleu-Lleu participaron muchos hermanos que llegaron de distintas partes del Wallmapuche obedeciendo a la orgánica de la CAM. Algunos de nosotros, inclusive, con mayor incidencia en este proceso, fuimos quienes definimos las bases estratégicas para esta lucha. En ningún caso para obtener algún posterior beneficio, sino con el único objetivo de mostrar la validez de nuestra línea política. Por esta razón, es que nos afecta mucho ver como fue traicionado este proceso. De partida, por cuestiones morales, porque se desconoció los principios de dignidad de la lucha mapuche y políticamente, porque se lesionaron nuestros planteamientos de territorialidad y autonomía.

Esto sucedió porque aquí hubo intervención de personas y grupos pro-gobiernistas o sistémicos, que se valieron de la situación e influyeron en dirigentes oportunistas y/o débiles política y moralmente, para llevarlos a una negociación con el Gobierno y quebrar con esto la experiencia de territorio y autonomía impulsada por la CAM. Lo central, para nosotros, es que con la gran acumulación de fuerzas que se logró en su momento con la lucha de la Pascual Coña era esperable otra proyección que fuera ejemplo de lucha para otras comunidades de la zona. Desde el punto de vista de nuestros planteamientos estratégicos esto significó un gran retroceso. Después de haber derrotado a uno de los usurpadores más emblemáticos, como lo era Osvaldo Carvajal, creemos que en la zona había condiciones para otra realidad.

- Finalmente, observa a su juicio algún cambio en la relación del Estado chileno y el Pueblo Mapuche a mediano o largo plazo. Un cambio favorable para las reivindicaciones mapuches, se entiende.

Actualmente dicha relación esta dada por la contradicción entre el Estado Capitalista Chileno y el Pueblo Nación Mapuche, lo que constituye una realidad estructural, es decir, el Proceso de Inversión y Avance Capitalista versus la Reconstrucción y Liberación Nacional Mapuche. Lo que tenemos que recalcar es que en esta confrontación el Gobierno Chileno no es un ente neutral, sino lo contrario, es el auspiciador y defensor del empresariado nacional y trasnacional que invade nuestro territorio. Por lo tanto, no podemos esperar nada de él. De hecho los Estados Nacionales surgen con el Capitalismo y para el Capitalismo. Bajo una concepción totalitaria, excluyente y discriminatoria, sobre todo en el caso de los pueblos originarios para los cuales implicó e implica, dominación y opresión. Por lo tanto, si en esta confrontación no hay de nuestra parte avances sustantivos en materia territorial y política y dejamos que se imponga el sistema de dominación, nos enfrentamos a la probabilidad cierta de la desaparición física e ideológica de nuestras comunidades y de nuestro Pueblo.

Para solucionar esta contradicción, nuestra propuesta es avanzar en la resistencia y reconstrucción de nuestro pueblo, rompiendo con las estructura de dominación. Sin embargo, frente a esta realidad, también se pueden dar otras variables, la de la búsqueda de soluciones parciales, reformistas y dentro del sistema, que involucre espacios de participación en los marcos de la institucionalidad, recursos económicos y planes de desarrollo, como ha sido la tónica hasta el momento de los acuerdos alcanzados entre el gobierno y la mayor parte de las organizaciones mapuche y “representantes” políticos. Desde nuestro punto de vista la relación con el Estado Chileno, lejos de mejorar, sufrirá una más honda crisis, considerando que el único objetivo, de este, es profundizar el modelo económico y con ello, el aumento de las inversiones capitalistas en el Wallmapu, por lo tanto, de nuestra parte habrá resistencia y confrontación en la perspectiva de un proceso mayor de lucha, nacionalitaria y revolucionaria /


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