18 de junio de 2008
Armando Marileo Lefio
Ngenpin
Cada madrugada entre el 18 al 24 de junio, (correspondiente al calendario gregoriano, propiedad del hemisferio norte) los pueblos originarios del sur, junto con la naturaleza y el universo acostumbramos a celebrar el inicio del nuevo ciclo o año nuevo; por cuanto en ésta época, la tierra, naturaleza y todos quienes cohabitamos en éste lado del planeta, “hemisferio sur”, vivimos, experimentamos y somos testigos de unos de los episodios más relevantes que acontece en el cosmos y en la madre tierra; “Es la fusión de la materia (tierra) y la energía (cosmos)”, los cuales traen consigo la procreación de la vida y el tiempo. Es decir, permiten que se inicien nuevas vidas en la naturaleza: nacimientos, pariciones, brotes, sueños, esperanzas y emergencias de fuerzas o energías desde el corazón de la tierra, dando paso a las distintas etapas del año, cambios climáticos, maduración, descanso entre otros.
Por cierto este episodio de la procreación de la vida y el tiempo (nacimientos, pariciones, brotes, cambios climáticos, alteraciones), acontece de igual forma en el hemisferio norte, pero en época distinta. Por tanto en el planeta tierra ocurren dos fenómenos diferidos en tiempo y espacio y estos son los dos años nuevos; uno correspondiente al hemisferio norte, (transcurre en diciembre) y otro del hemisferio Sur, (en el mes de junio).
Es comprensible entonces que ocurra tal acontecimiento, por cuanto es el cosmos quien mantiene bajo dominio y control absoluto el “orden natural de la vida en el planeta tierra”, permitiendo los cambios de ciclos en cada extremo, condicionando así la existencia de la oposición entre los extremos, mientras en uno (hemisferio) se da el inicio o renovación de la naturaleza (año nuevo), en el otro se está llegando a mitad del ciclo, expresado en la maduración y/o apogeo de la naturaleza o vice/versa.
Muchos pueblos originarios de América del Sur, hoy aún celebramos y conmemoramos con nuestras propias formas y nombres La Renovación de la Naturaleza, tal cual fue concebidos en tiempos inmemoriales por nuestros pueblos. Con ello continuamos acompañando a la madre tierra a festejar el despertar y regreso a la vida de sus hijos, las plantas, animales, ríos, lluvias, el viento, las personas, entre otros; pues ella se regocija y nos convida a ser parte en la alegría del comienzo de los nuevos ciclos de vida.
La fiesta que celebramos y que llevamos adelante años tras años en el mundo indígena, no es una casualidad, tampoco una ligera interpretación o solo creencias de los abuelos, sino la descodificación, comprensión y entendimiento que desarrollaron en muchos miles de años respecto de la normativa de la naturaleza llegando a las definiciones ya mencionadas.
Por tanto la celebración y fecha que marca el regreso de la vida en éste hemisferio (año nuevo), no es propiedad de una u otra cultura, sino de todos aquellos seres humanos, animales, árboles, ríos, aves etc., que nacimos y cohabitamos en esta parte del planeta (H. Sur).
Hermanos de los Pueblos Originarios, amigas (os), habitantes del “Hemisferio Sur":
Los hechos confirman que desde un tiempo hasta aquí, los pueblos originarios de América del Sur, de distintas formas y maneras hemos compartido, explicado y re-posicionado al interior de nuestros pueblos y en la sociedad y cultura occidental, el significado y sentido real que tiene nuestra celebración del we tripantu, inti raimi, machaq mara, entre otros. No obstante, creemos que ya es tiempo de dar otro paso, pero aún más agigantado, con el propósito de anunciar al mundo y a los habitantes del norte, que el Hemisferio Sur tiene su propio Año Nuevo, más real y acorde con los ciclos naturales y pertenecientes a éste lado del planeta.
La re-apropiación de las normas naturales y la puesta en práctica de ella en la vida de cada habitantes de éste hemisferio, propiciando en primer lugar la aceptación de la existencia de un año nuevo propio, podría ser la manera en permitirnos proyectar en el tiempo los conocimientos ancestrales, el reencuentro con la naturaleza y por otro lado permitirnos concretar una identidad propia de los habitantes del Sur, por supuesto traspasando las divisiones políticos-administrativos de los países.
Razón de ello invitamos a todos sin distinción a ser partícipe, y a hacer suyo e iniciar la Campaña de Sensibilización y Visibilización del Año Nuevo del Hemisferio Sur, con ello invitarles además a renovar el compromiso en el respeto, cuidado, protección de la naturaleza; mantención del equilibrio y armonía con todas las formas de vida que sustenta la madre tierra y el Universo. Además es oportunidad para conectarnos nuevamente con los espíritus de las abuelas y abuelos y pueblos originarios de América y el mundo.
Küme ayiukonpape tüfachi we-tripantu.
(Que comience con alegría este año nuevo)
Muchas Felicidades:
Hermanos de las Primeras Naciones y Amigos de América, África, Australia, Blancos, Morenos, Afros, Rubios, Gorditas, Flaquitas, Chiquitas o Grandes, Todas (os).
¡Felíz Año Nuevo del Hemisferio Sur!
CAMPAÑA:
VISIBILIZACIÓN Y POSICIONAMIENTO
¡AÑO NUEVO…
DEL HEMISFERIO SUR! We-Tripantu, Machaq Mara, Inti Raymi , Mosoq Wata
FUNDAMENTACIÓN:
El cosmos y el universo, la tierra y la naturaleza, las culturas y los pueblos originarios de América del Sur, África del Sur, Australia y otros pueblos, pertenecientes a éste lado del mundo (hemisferio sur), cada mitad del mes de junio pertenecientes al calendario Gregoriano (del hemisferio norte), celebramos el inicio del nuevo ciclo, con el nuevo despertar de la tierra y naturaleza.
En estos días de junio (aprox. entre el 18-al 24 en la madrugada) emergen y brotan desde las profundidades de la tierra, en las vertientes, ríos, mares, en el universo nuevas energías, que permiten la germinación paulatina de nuevas vidas, sueños, desafíos y esperanzas. Para la Nación Mapuche es el we-tripantu, para los Pueblos Andinos Machaq Mara, Inti Raymi o Mosoq Wata y de seguro que los hermanos de los pueblos originarios de Australia y África del Sur, también realizan sus propias celebraciones con sus propios nombres y formas.
Significa que en el planeta o en el mundo, no existe un solo momento del inicio o renovación de la naturaleza, pues es el cosmos es quien determina el ordenamiento de los ciclos de vida en cada extremo del planeta o hemisferios, a través, de la ley u ordenamiento propio de ella, los que permite la renovación de energías y/o fuerzas que emergen desde la tierra dando paso a la procreación, nacimientos y brotes de nuevas vidas. Los pueblos o culturas originarias comprendieron dicha normativa pudiendo estructurar su existencia individual y colectiva en base a los procesos y hechos que acontecen en la naturaleza, con ello pudieron además determinar con exactitud el inicio o renovación de la naturaleza (Año Nuevo) del Hemisferio Sur.
Las celebraciones del inicio del nuevo ciclo de nuestros pueblos en éste hemisferio, data de miles de años, aunque todas se diferencian en sus formas, pues todas dependen de la ubicación o espacios geográficos donde estén asentadas (selva amazónica, altiplano andino, llanuras, norte sur, este o oeste, etc.) pero, lo que no cambia son los contenidos, por cuanto todos y absolutamente todos los pueblos originarios nos regimos bajo el ordenamiento cósmico o ley de la naturaleza. Todas éstas celebraciones tienen sentido y están vinculadas a la renovación e inicio de la vida de los animales, personas, plantas a partir de ésta fecha.
Cuando hemos perdido el sentido y la verdadera relación con la naturaleza es que hemos perdido y confundido el camino hacia la vida. Nos sometimos a vivir bajo la normativa (ley) humana, transformando nuestras vidas en el materialismo, egoísmo, consumismo y nos olvidamos de lo nuestro. Hoy recreamos lo que nos va quedando, pero pocos sabemos el real sentido de nuestras celebraciones y otros confundidos por las religiones occidentales propiciamos el sincretismo en nuestras propias ceremonias espirituales.
Así hoy los hijos de las Tierras del Sur, participamos en un año nuevo que no nos corresponde (1 enero), ni está dentro del ordenamiento del universo, ni de la naturaleza de éste lado del hemisferio. El 1 de enero es la celebración cercana al nuevo ciclo o Año Nuevo de una mitad del planeta correspondiente al Hemisferio Norte. Y la celebración del we-tripantu, Machaq Mara, Inti Raymi o Mosoq Wata, pertenece al sur y es el acompañamiento que hacemos los hijos de la tierra, a nuestros hermanos “la naturaleza” en su regreso a la vida, en su despertar, y emergencia en ésta época.
Amigos y Habitantes del Hemisferio Sur:
Quisiéramos que un día, los habitantes de éste lado del mundo, quienes habitamos "hacia el Sur del Hemisferio", volviésemos la mirada hacia la madre tierra, hacia la naturaleza, hacia la vida, podría ser la forma de re-iniciar el encuentro con nosotros mismos y con todos los seres que coexistimos en el planeta tierra: los pueblos originarios, los amigos de la sociedad civil de américa, áfrica, australia, blanco, moreno, afro, rubio, gorditas, flaquitas, chicas y grandes.
Quisiéramos también, que un día pudiésemos celebrar colectivamente nuestro propio Año Nuevo, We-Tripantu, Machaq Mara, Inti Raymi o Mosoq Wata. Algo más real, que pertenezca a nuestras vidas, a la naturaleza, al universo.
Razón de ello queremos invitar a todos los hombres y mujeres de América y el Mundo a celebrar el Nuevo Año del Hemisferio Sur, el que se hará efectivo en los próximos días entre el 18 al 24 de junio.
¡Muchas Felicidades!
Para todos los pueblos, culturas y naciones…
AÑO NUEVO DEL HEMISFERIO SUR,.
Atte.
Armando Marileo Lefio
Ngenpin: Autoridad Ancestral
DIRECTOR
Escuela de Filosofía, Espiritualidad y Sabiduría Ancestral Mapuche
2008-06-17
¿WE TRIPANTU O AÑO NUEVO... EN EL HEMISFERIO SUR?
Publicado por NEWEN.LIWEN los 7:10 PM
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1 comment:
Gracias pòr informarnos, por dejarnos algo de los mapuches, de entregarnos la posibilidad de aprender mas de ellos, siempre agradecida!
Noemi. La Beduina
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